sobre la legibilidad del
mundo
Recorrer
una exposición requiere de la lectura como estrategia para
interpretar el sentido de ella, generalmente este sentido es
propuesto por el curador quién proyecta un camino y un dialogo entre
las piezas. Esto no siempre se logra con la misma eficacia, depende
de muchas cuestiones: el espacio, el curador, el montaje, los nodos
de interpretación que se cruzan entre obra y obra, los dispositivos
educativos, las herramientas de comunicación y un sinfín de
reflejos que varían según la sensibilidad de cada espectador, que a
su vez dependerá del bagaje de conocimiento sobre el tema que cada
uno posea.
El
hilo de Ariadna. Lectores/navegantes comisariada por Francisco
Jarauta, se propone desde el estudio y el análisis del laberinto,
como espacio para explorar y transitar conectado con la luz de la
sabiduría. La selección de obras de diferentes épocas y diferentes
estudiosos, así como los dispositivos didácticos, demuestran la
clara intención del comisario: salir del laberinto, dar luz a la
“opacidad del mundo” en palabras de Borges.
El
concepto de lectura/lector se articula desde el mito del hilo
de Ariadna para referirnos al instrumento de que nos valemos para
encontrar el camino que conduce a solucionar un problema complicado.
Como se indica sobre el espectador en el nombre de la muestra
“lector/navegante”, es un
usuario que traza un recorrido cuya articulación-sintaxis, se define
a partir de la interacción como actitud para un cambio de
escenario de la cultura, del lenguaje y de la comunicación que se ha
dado en la actualidad.
El
espacio plantea un sistema modular
“laberinto por el que transitar, explorar, descubrir y aprender”,
señala un texto en el inicio refiriéndose al laberinto del que
logra escapar Teseo, junto otro texto de Borges que
advierte que "el hilo se ha perdido; el laberinto se ha perdido
también. Ahora ni siquiera sabemos si nos rodea un laberinto, un
secreto cosmos, o un caos azaroso". En esta línea de datos y
citas a referentes a la literatura, aparece dibujada en uno de los
muros una rayuela en alusión a la novela de Cortázar en la que los
personajes están signados por la búsqueda de "un centro",
tal vez de su propio laberinto, y que puede abordarse desde varios
métodos de lectura.
En la
primera sala dialogan las obras de Jaume Plensa, desde una cortina
que reproduce una cita literaria
mediante letras de hierro; una estructura también de letras que
escenifica al héroe antes de entrar en el laberinto y tres dibujos
sobre la figura mitológica de Érebo, dios que personifica la
oscuridad y la sombra como estadios del conocimiento. En esta misma
sala un fragmento de la película La mirada de Ulises del
cineasta griego Theo Angelopoulos, inspirada en la Odisea, da
valor a la importancia del extravío.
Atravesando
varias versiones del laberinto en diferentes formatos, como pasadizos
y planos, desembocamos en la obra de Robert Morris, un proyecto
llamado Laberinto de Pontevedra, realizado en la periferia de
esta ciudad, es el registro y la actividad procesual del proyecto que
se presenta como el final de un largo camino de estudios sobre el
laberinto. Siguiendo el hilo, nos encontramos con la espiral que
asciende: una torre en cartón y madera de Robert Smithson, proyecto
de la obra que abrió el espacio de la naturaleza y la interacción
con ella desde el arte en múltiples lecturas, junto a una proyección
en video sobre la intervención final el ícono del Land Art el
Spiral Jetty.
Desde
la idea del navegante en la comunicación actual la obra de
Daniel G. Andújar, una instalación donde se puede visitar y revisar
el archivo de documentos de internet sobre las transformaciones
geopolíticas e ideológicas desde la caída del muro de Berlín al
atentado de las Torres gemelas de Nueva York, obra que esta haciendo
reflexión sobre las nuevas posibilidades de lecto-escritura. En esta
línea de cuestionamiento de la ontología del texto, el trabajo de
archivo también lo abordan Antoni Muntadas en The File Room,
y la instalación Index de Charles Sandison dos propuestas que
se enriquecen desde la idea del archivo.
Al
igual que estas últimas obras que apelan a la interacción, a la
programación, y que se van construyendo con el paso del tiempo, la
muestra además propone una serie de herramientas expandidas del
espacio expositivo, las cuales a modo de bola de nieve crecen y se
reprograman desde la interacción de los usuarios en un Twitwall
y un Twitexquis con una serie de hastags
en la red social Tweeter,
donde se podrá ir construyendo un cadáver exquisito, en relación
clara con uno de lineamientos de la exposición: el navegante en el
espacio digital.
Esta es una exposición capaz de atraer a diversos espectadores, pero más aún a los aficionados a la lectura, ya que reúne artistas muy diversos en cuanto a tiempo y disciplina, entre ellos además de las obras mencionadas continúan en el recorrido del laberinto piezas de Gema Álava y Josué Moreno, Rosó Cusó, Adolph Gottlieb, Ramon Llull, Josué Moreno, Santiago Ramón y Cajal, Charles Sandison, e Imogen Stidworthy.
Una
propuesta interesante y bien lograda que se presenta entre la
amplia y diversa programación en torno a la lectura, organizada por
la recientemente inaugurada Casa
del Lector/Centro Internacional para la Investigación, el Desarrollo
y la Innovación de la Lectura, un
proyecto de la Fundación Germán Sánchez Ruipérez.
Magdalena
Dávila
EL
HILO DE ARIADNA. LECTORES/
NAVEGANTES
Hasta
el 17 de marzo
CASA
DEL LECTOR- MATADERO MADRID
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