La invención concreta. Colección Patricia Phelps de Cisneros
Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía
22 de enero-16 de septiembre de 2013
Si la vida te da limones, haz limonada. El acuerdo entre la
colección Patricia Phelps de Cisneros y el museo Reina Sofía se ha consolidado
a través de la recién inaugurada exposición La
invención concreta, y no podía ser mejor momento para ello: con la escasez
de fondos públicos y las consiguientes revisiones de las colecciones
permanentes, la colaboración entre centros renueva un poco el ambiente
expositivo a la vez que garantiza el flujo de obras poco vistas en España.
Aprovechando el interés en su programación durante los dos últimos años por el
arte latinoamericano, Borja-Villel y Pérez-Barreiro han decidido rescatar la
modernidad transatlántica para generar un discurso histórico en el museo.
Con un título más que sugerente se ha planteado una muestra
que, partiendo de los fondos de la potente colección Cisneros, ha decidido
centrarse únicamente en la modernidad y en su época dorada latinoamericana: la
abstracción geométrica. Desligándose de los tópicos de exotismo se ha buscado mostrar en este amplio campo la
diversidad de significados que ésta puede tener y sus relaciones y diferencias
con los artistas europeos y norteamericanos. En un intento de hacer una lectura
original del material de la colección, y con la evidente intención de hacerlo
enlazar con Perder la forma humana,
las obras de la exposición han sido divididas según criterios muy ambivalentes,
como geometría, diálogo, ilusión, universalismo o vibración, de los que las
obras salen y entran de continuo. Se habla ingenuamente de la relación entre el
artista y el espectador a través de la obra, del arte cinético, de ambigüedades
visuales y de una relación con el pasado, y a lo largo del montaje se repiten,
casi seriados, algunos de los artistas más polifacéticos, como Lygia Clark,
Hélio Oiticica o Lygia Pape. Para no caer en discursos cerrados se ha buscado
igualmente romper a través de pequeñas salas transitorias que muestran la parte
más política o conceptual, un paso más allá de la geometría y se vinculada con
el pasado reciente latinoamericano, como en la obra de Willis de Castro o de
Héctor Fuenmayor.
Este enfoque claramente parcial centrado en las producciones
venezolanas, argentinas y brasileñas, con la esporádica aparición de artistas
uruguayos y salpicados con algunos nombres míticos del arte europeo –entre
ellos Piet Mondrian o Max Bill-, parece querer excusarse en una voluntad más ensayística
que estética y, evidentemente, en la intención de no agotar todos los recursos
para los próximos programas expositivos.
No obstante, el aterrizaje de estas obras por primera vez a este lado del charco es una gran oportunidad
para conocer más de cerca el patrimonio de la América más desconocida, y la
calidad de sus obras no decepcionará al visitante. Las metáforas visuales más
insospechadas tienen cabida bajo un mismo techo, aunando escultura, pintura e
instalaciones. Entre las magnéticas fisiocromías de Carlos Cruz-Diez, las
formas puras de Torres-García y los hilvanes metálicos de GeGo se ha conseguido
dar una visión, casi a modo de introducción, de la abstracción sudamericana
como una amalgama de estilos muy diversos, donde la forma, a equivalencia de la
palabra, constituye un nuevo lenguaje en el que tienen cabida las
construcciones más inverosímiles.
Con la voluntad de cuestionar las convenciones sociales y de
convertir a la obra en un objeto mediador, los artistas de los años treinta a
los sesenta concebirán un lenguaje visual que presenta una identidad propia,
donde lo mítico es una asimilación del pasado, y la periferia construye una
nueva idea de metrópoli. La pluralidad es el punto de partida de un territorio
que se relee cada vez con más frecuencia y que está cobrando una gran
proyección. Conscientes de ello, tanto la Fundación Cisneros en su vocación de
difusora del arte latinoamericano como el museo Reina Sofía como pieza de una
nueva red de museos han puesto de manifiesto que ver y aprender son un paso
imprescindible para lograr un conocimiento global y multicultural. Por ello no
sólo han querido incluir en su catálogo textos de artistas contemporáneos que
aporten nuevas visiones sobre el arte latinoamericano, sino también recursos multimedia
e interactivos, desde aplicaciones para iPad, audioguías a través del móvil,
una página web que convierte al internauta en comisario (www.lainvencionconcreta.org) o
visitas virtuales desde cualquier parte del mundo.
Una acogedora apuesta intercultural que prefiere dejar las
puertas abiertas. Sobre todo al visitante.
Victoria Alonso
No hay comentarios:
Publicar un comentario