1.24.2013

“La invención concreta”



“La invención concreta”
  Exposición colectiva: colección Patricia Phelphs de Cisneros & MNCARS
  C/ Santa Isabel 52
  De lunes a sábados, de 10.00 a 21.00 horas; domingos, de 10.00 a 14.30 horas; exceptuando martes
  Del 22 de enero al 16 septiembre 2013
  www.lainvencionconcreta.org


Un vibrante amarillo tridimensional se aloja en nuestra mente como huella, estandarte o síntesis de la muestra que hoy se presenta bajo el exquisito comisariado en el que han colaborado Manuel Borja-Villel y el director de la colección latinoamericana Gabriel Pérez-Barreiro. Siendo ésta una página más en una larga enunciación del arte latinoamericano por parte del Museo Reina Sofía.

Llegar a la “invención concreta” [1] es “fácil” cuando las limitaciones económicas no son demasiadas y además se dispone de algo de ingenio. Pues presuponemos que partir de un amplio abanico propicia el éxito.Y así podemos atisbarlo en esta retrospectiva llena de colores luminosos que arrojan luz sobre estos tiempos ominosos en los que vivimos. Luz cromática y económica que nos introduce al desfile institucional por el que parece que comienzan a caminar sin remedio las instituciones, hacia la moda expositiva de colecciones, viéndose avocadas a establecerlas como única áncora de salvación.

La fundación de Patricia Phelphs de Cisneros, mujer del multimillonario Gustavo A.  Cisneros (del que toma el apellido), tiene sus orígenes en los 70, con sede en Nueva York y Caracas. Enfocada a la colección de arte contemporáneo, la educación y el apoyo a nuevos artistas, establece en este caso un segundo lazo con el MNCARS (la primera vez fue mediante el seminario Repensar los modernismos latinoamericanos: Flujos y desbordamientos).
En una exposición que se muestra por primera vez en Europa, con una selección de doscientas obras (pintura, escultura, instalación, collage y obra gráfica) comprendidas entre 1930 y 1970, de las cuales algunas de ellas fueron donadas al MoMA, siendo algunos de los ejemplos más significativos del arte abstracto geométrico latinoamericano.
Las obras se disponen por bloques temáticos en doce salas, dejando a un lado el hegemónico comisariado de índole cronológico o geográfico. Cinco bloques en este caso (ilusión, geometría, vibración, diálogo y universalismo), sin obviar las seis salas unipersonales y la didáctica (que pone en valor los new media), erigiéndose a modo de sub-ismos dentro de la creación latino-abstracto-americana. Modernidades múltiples, pues al igual que no hay enfermedades sino enfermos, así podemos extrapolarlo al arte. Complejas realidades, que en su coetaneidad muchas veces fueron despreciadas y que en esta exposición parece también reivindicarse en cierto modo su carácter revolucionario, siempre supceptibles a recibir lecturas heterogéneas (algo que en todo momento plantea la exhibición).

El espacio que nos recibe (situado finalmente en el edificio Nouvelle) se articula de tal forma que es entrada y salida, haciendo las veces de índice o metonimia de la muestra. Con obras de Cruz- Diez, Torres García, Oiticica, Barros, Lozza y Lygia Clark (una de las más presentes en todo el trayecto).
Primero viene “Diálogo” con el arte como herramienta de comunicación en una intención de superar la estética tradicional, destacando “Bichos” de Clark (de poso constructivista) y “Libro de la creación” de Pape (pieza papiro-poética). Trabajos que huyen de un formalismo único, sesgados todos ellos por una mitología, un concepto o una narrativa propia. A los que le sigue la sublime pieza de Soto que nos cuestiona la realidad con hilos de nylon en tres colores. Pasando por la estancia “Geometría” y su referencia a Europa (Mondrian) de cariz marxista y dialéctico-materialista (Lozza, Maldonado, Paternosto…), la sala interpersonal cinética de Alejandro Otero, “Ilusión” , con su inestibilidad y movimiento, ambigüedad formal basada en la Gestalt (Manaure, Weissmann, Sacilotto…). Para de repente pararnos en la habitación cuadrada dedicada a Gego, artista por la que Manolo siente especial predilección, también mi favorita, en la que lo anecdótico industrial se hace poesía cósmica. En “Vibración” un discurso de proto-desmaterialización, con efectos ópticos, en los que los puntos de vista modifican el contenido (Soto y Bury), sala que nos conduce a olfatear el espacio dedicado a Meireles con su geometría orgánica (cubo de pacas) y la contigua espiritualidad y tradición que presenta “Universalismo. Sin dejar de observar a Willys de Castro de factura minimal, a medio camino entre pintura y tridimensionalidad.
El recorrido finaliza en la sala-pieza “Citrus 6906”: broche final que irremediablemente queda en nuestra psique. Obra atmosférica conceptual del venezolano Héctor Fuenmayor (conocida originalmente con “Amarillo Sol”) presentada por vez primera en la sala Mendoza de Caracas (esta es su tercera reproducción). Dicha elección ha sido más que acertada ya que nos abre múltiples puertas. Nos conduce a un camino gnoseológico e inmaterial que moderniza la muestra y desecha la idea de colecta de tesoros artísticos, en palabras de Gabriel (de hecho en un principio se pensó que ésta sala estuviese dedicada a artistas más contemporáneos).

La verdad sea dicha: éste comisariado es de los pocos que encontramos en el recinto que  cobre sentido en el diálogo con las piezas que contiene, pues por lo general el Reina Sofía se caracteriza por su planitud curatorial exceptuando puntales ejemplos como la actual exposición (que concluirá en un mes): “¿Queréis un amo? Lo tendréis”.
Triunfo que parte de tres negativas: No hacer una “America Fría”, no caer en una exposición al uso como las que podemos contemplar habitualmente en el museo, ni remitir una mera presentación de la CPPC. Con un estudio de cada uno de los espacios, en la que la arquitectura enuncia que obras debía albergar, llegando a la realidad presente, iluminada con una luz tenue y puntual.
Con esta retrospectiva queda constancia de esos artistas que creían poder transformar el mundo con sus manos, ya fuese desde el ámbito personal o el social, pero siempre con un sentido espíritu de cambio, algo de clara reminiscencia vanguardista.




                                                                                                                                 Diego Mayoral





[1] Título extraido de las declaraciones de Asociación de Arte Concreto-Invención formada en 1946 en Buenos Aires (Argentina): “la batalla librada por el arte llamado abstracto es, en el fondo, la batalla por la invención concreta”.


(he revisado vuestros caracteres y me he dado cuenta que había anotado mal el número)

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