12.20.2012

Premios Injuve 2012

Diana Cuéllar Ledesma

Además de turrón, cortilandia y vacaciones, diciembre ofrece a quien esté por Madrid la oportunidad de conocer a los veinte artistas españoles premiados por creación Injuve. Tres de ellos (Eva Fàbregas, Marco Godoy y Jorge Núñez de la Visitación) han sido premiados, cinco (Pablo Barreiro, Marta Burugorri, Leonor Serrano, Daniel Silvo y Carlos Valverde) fueron galardonados con accésit, tres con ayudas para proyectos en fase de pre-producción y cinco más fueron seleccionados para la exposición de sus obras en la muestra de Tabacalera. Son todos menores de treinta años, y quizá la última generación que se beneficie de las bondades de una época dorada; como bien dice Javier Duero, curador de la muestra, la era del “get the grant and run” está en agonía.
Entre las obras son escasas las propuestas conceptuales y poéticas; prevalecen más bien las más consagradas tendencias del arte reciente: revisiones históricas, indagaciones sobre la memoria, ruptura con el poder y las instituciones así como la problemática en torno al giro post industrial son algunas de ellas.
Como ocurre siempre, ni todos los premiados son los mejores, ni todos los mejores son premiados. Es el caso de la serie de tres videos Sabe más el loco en su casa que el cuerdo en la ajena (2011-12) de Marta Burugorri (Pamplona, 1989), galardonada con accésit. En Shabbat Shalom la artista intenta ejecutar, durante el tiempo que dura el sonar de la sirena que anuncia la entrada del Shabbat en Jerusalén, las 39 categorías principales de trabajos que no pueden ser realizadas durante el “día de descanso” judío. En Sinónimos Espasa de bolsillo se plantean 18 situaciones que surgen a partir de juegos de palabras que se dan gracias a la sinonimia, de modo que si una palabra A y su sinónimo correspondiente B, del cual a su vez existe un sinónimo C, son equivalentes, entonces tenemos que A= B y B = C, y por tanto A= C. Así, la obra presenta acciones que habitualmente se realizan con el sinónimo A, pero introducidas en el contexto del sinónimo C. En la más pura tradición del arte del absurdo, la artista ejecuta actos hilarantes que evidencian los distintos niveles de ridiculez sobre los que opera la vida diaria. Por ejemplo, en finanzas= bolsa= mochila, se registra la “subida” y “bajada” de la bolsa, es decir, como un niño hace subir y bajar una mochila que sostiene con un palo de escoba. En medio de la crisis estructural en España y el derrumbe de sectores fuertemente especulativos como el inmobiliario, la obra de Burugorri es una cínica, inteligente y demoledora crítica a la situación actual.
En esta línea, la obra que mejor sintetiza el espíritu general de la muestra y las inquietudes compartidas de los artistas que participan en ella es Devaluando una Imagen (2011), de Marco Godoy (Madrid, 1986). En una impecable poética conceptual y post minimalista, el artista lija un set de monedas de euro hasta que estas pierden su relieve. Un gesto mínimo que habla al máximo: al pulir la superficie no sólo se borra la imagen sino también se aniquila el valor fiduciario del trozo de metal, lo que evidencia a la vez el rol legitimador de la imagen y la capacidad de lo icónico para construir dogma. Nada más ad hoc en el contexto de una muestra de arte contemporáneo.

Tabacalera, Espacio Promoción de Arte
Del 4/12/12 al 20/01/13
Curador: Javier Duero
Jurado del premio: Ángela Molina, Agustín Pérez Rubio y Glòria Picazo.

12.18.2012


Premios Injuve a las Artes Visuales 2012
Exposición colectiva en Tabacalera
Embajadores 53, Madrid
Del 4 al 20 de Diciembre


Las dependencias seleccionadas del dieciochesco edificio, se articulan bajo el “correcto” comisariado de Javier Duero. Observando una supremacía de lo audiovisual sobre otros soportes, provocando un posible hastío, que aunado a las bajas temperaturas del lugar, contribuye a un paseo ágil por el mismo.
Injuve selecciona, tres premiados, cinco accésit, tres premiados proyectos y cinco elegidos para la exposición. Piezas que se decantan por tratar una serie de problemáticas humanas principalmente vinculadas a aspectos socio-políticos.
Dentro de este amplio ámbito, uno de los temas más sobresalientes en la retrospectiva, es el espacio, el lugar y el territorio. Ya sea partiendo desde una visión más introspectiva como en la obra de Carlos Valverde que ataca al espacio desde su interior o la de Mariona Moncunill en la que mediante unas fotos nos muestra ciertos espacios que incluyen imágenes fotográficas de si mismos, en una especie de remake del conocido argumento del “cuadro dentro del cuadro”, en el que las relaciones humanas, en esa dicotomía de lo profesional y lo privado, cobran protagonismo.
Las piezas presentadas por Eva Fábregas y Olmo Cuña enfocan dicho tema, hacia los diálogos entre arquitectura y territorio, convirtiéndose éste en el principal hilo conductor de su trabajo. Hablando de sus re-significaciones o re-asignaciones conceptuales a nivel social, así como la de su espacio circundante. Quiero señalar a Olmo, por su capacidad de tratar el tema desde un prisma triplánico; pues recurre a la pintura, la escultura y la proyección de diapositivas, enriqueciendo así, de manera plural, una forma de mirar. Por su parte Leonor Serrano con un sustrato más técnico, ya que es arquitecta, genera un discurso socio-político, tratando desde una perspectiva más “jurídica”, aspectos en torno a la vivienda (proyectos de declaración de ruina) y en determinados momentos conectando dichos espacios con elementos propios del concepto ruina o del no-lugar.
Dentro de esta concepción territorial el colectivo “Constelaciones”, formado por Andrea Olmedo, María Salazar, Estefanía Sánchez, Paula Iglesias y Rita Buil se vuelca hacia un significado más humano, en el que mediante una relación entre lo físico y lo digital, se pretende provocar un activismo por parte de los ciudadanos, como fruto de la reflexión y el pensamiento crítico. Así como en el caso de Mario Espliego, donde la instalación toma un claro sentido panfletario, vinculando esa relación entre el lugar y el poder mediante el monumento. Invitando al pueblo a su deconstrucción. Así podríamos enlazarlo con el verso de Rimbaud “¿qué imagen sagrada es atacada?”.
Dentro de este espectro más explícitamente humano, podemos congregar también el trabajo de Martín Llavaneras, Pablo Barreiro (quien usa el dibujo, técnica que parece quedar obsoleta si tenemos en cuenta el resto de los trabajos) y Daniel Silvo (que habla de las problemáticas del ciudadano en relación a las estructuras de poder).
En cuanto a un peso de lo monetario me gustaría destacar la fuerza de una de las obras ganadoras. La de Marco Godoy. En mi opinión la más notable. En la que mediante una acción iconoclasta de carácter Lyotardano, subvierte las connotaciones monetarias de poder, y ataca la veracidad de los discursos, mediante la grabación de una simple, pero contundente acción. Otros autores como Rafael Munariz hacen también referencia al tema pero en este caso desde una vertiente demasiado conceptual.
En definitiva podríamos decir que la decadencia del espacio, la aséptica del comisariado y el silencio de muchas de las piezas, consiguen en nosotros lo que pocas de ellas han alcanzado, el cuestionamiento de los relatos.


Diego Mayoral

¿El aquí y el ahora de la creación joven?


El futuro, aquello que está por llegar, es lo que nos mantiene en pie. Lo real está ahí fuera y, especialmente, cuando no funciona llega el tiempo de la reflexión. A pesar de estar absorbidos por un entorno fagocitador, las propuestas de los artistas de esta muestra deberían permitir tomar el pulso al presente a través de la experiencia artística. Y desde el ahora y el aquí mirar hacia el futuro, como un soplo de aire fresco frente al mar revuelto.

La clave consistiría en averiguar si esta exposición es representativa de lo que ocurre en la escena actual más joven. En general, los trabajos aquí presentados no dejan de ser una posibilidad entre tantas, donde los seleccionados demuestran haber aprendido que discursos interesan a aquellos que deciden sobre sus obras. Pero resultan en ocasiones tan intercambiables con otras, que caen en el tedio y generan discursos no creíbles. 

Está claro que algunas propuestas profundizan en cuestiones similares y conocen algunas fórmulas efectistas. La redefinición del rol del artista sería una de ellas. Andrea Olmedo, María Salazar, non ten xeito y Rita Buil lo intentan con el trabajo “Constelaciones” generando comunidad y jugando a ser mediadores sociales. En esto último también hace hincapié Mariona Moncunill mediante la incursión en el ámbito privado de las instituciones públicas. Mario Espliego fomenta la participación ciudadana con poca fortuna. Olmo Cuña, por su parte, se pone el traje de antropólogo social.

En una línea similar de activismo y temas políticos-sociales, pero más estimulantes, se encuentra el trabajo de Daniel Silvo que presenta dos vídeos documentales donde hace política desde lo cotidiano y el arte. El proyecto expositivo itinerante “I’m Fine” de Kike Medina proyecta el coche y el viaje como metáfora de la libertad. Y la pieza de Eva Fàbregas justifica mediante lo social el impulso vital del artista hacia la experiencia estética.

En el quehacer de lo cotidiano se enmarca el trabajo de Leonor Serrano que dota a elementos corrientes de un significado político y social. Aquí el rigor analítico no está reñido con la plasmación formal. Tampoco en “Devaluando una imagen” de Marco Godoy, crítica sarcástica al sistema financiero y a lo superfluo. Las hilarantes micro-piezas de Marta Burogorri, poéticas de lo punk y lo absurdo, aparecen como un refugio ante tanta seriedad. En una línea acorde con lo “freak” aparece el ensayo de cine experimental de Jorge Núñez de la Visitación donde uno no sabe si le están tomando el pelo a propósito. 

Las reflexiones sobre el hecho artístico aparecen en las obras de Rafa Munárriz y Carlos Valverde que generan espacios fingidos y hacen partícipe al espectador. En otra línea, las recreaciones de “arqueología-ficción” de Pablo Barreiro enlazan con las conexiones insospechadas que plantea Martín Llavaneras. Por último, Karlos Martínez B trata de nuevo (otra sin más) la historia y la memoria.

Resalta que lo audiovisual esté presente de una manera tan rotunda frente a lo plástico. En ocasiones pienso qué ocurriría si se apagaran todos los proyectores, ¿cuántas de las obras se podrían ver, palpar? Con ello planteo si esta anécdota podría ser representativa de la práctica artística actual. También resulta llamativo que las propuestas respondan casi a una única dirección, caracterizada por un conjunto de referencias, formas y estrategias compartidas. En ocasiones lo discontinuo, la otredad, el abrir-mundos, se agradece. Afortunadamente las excepciones existen.

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Creación Injuve 2012 / Artes Visuales
Tabacalera, Espacio Promoción del Arte
Hasta el 20 de enero

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Creación Injuve 2012. Artes visuales.


Creación Injuve 2012. Artes visuales.
Tabacalera (C/Embajadores, 53). Hasta el 20 de Enero.
M a V, de 12 a 20 h. S, D y fest., de 11 a 20 h.
Entrada gratuita.

En plural:

 Pluralidad de caminos confluyen en los premios Injuve. Algunos muy frecuentados: paradigma obvio el de la participación ciudadana que gravita la deconstrucción monumental en tonos kitsch de Mario Espliego o el proyecto premiado de Andrea Olmedo, María Salazar, non ten xeito y Rita Buil. Firma grupal que recuerda a colectivos norteamericanos y que es utilizada contra un proceso de gentrificación. Idea vieja, contexto nuevo que la hace legítima: cada barrio se transforma de manera distinta. Lo acontecido en Brooklyn no es comparable a lo que puede suceder en el Bilbao contemporáneo.

 Campos a los que tiende parte de la obra de Eva Fàbregas, de una estética impecable: dos visionados, estático y dinámico, lo que es y lo que podría haber sido. Contradicción inherente en torno a un proyecto de Alvar Aalto. Merecido premio el concedido por Javier Duero -productor cultural-, Ángela Molina -crítica de arte-, Agustín Pérez Rubio -director del MUSAC- y Glòria Picazo -directora de La Panera-. El primero actúa como comisario en un espacio al que es necesario acudir bien abrigado, ya no sólo por el frío sino por el fuerte contenido documental de las obras, que obliga a pararse delante de ellas durante más de unos minutos. Además, como resulta lógico en una exposición de este tipo, muchas piezas poseen una temática divergente: desde la obsolescencia tecnológica planteada por la videoinstalación del jovencísimo Rafael Muniárriz hasta la estrambótica película de otro de los premiados, Jorge Núñez de la Visitación. Anterior a su serie web La Niebla Fascista, resulta de guión tan experimental como ésta, aunque formalmente es mucho más arriesgada: combina un crisol de estéticas, que van de la serie B al videojuego. Entre medio, la idea del viaje como descubrimiento -en este caso de interés social y no tanto personal- de Kike Medina -proyecto premiado- o el juego de dualidades entre mito-actualidad y pasado-presente en Olmo Cuña -proyecto premiado- y Karlos Martínez B, que otorga a la documentación de un suceso la categoría de obra artística. Del mismo modo en que Daniel Silvo -accésit- convierte en arte una entrevista. Provoca una sensación extraña, muy distinta a la profunda carga irónica de la Lutetia -accésit- de Pablo Barreiro, convertida en fuerte crítica al sistema del arte en Carlos Valverde -accésit- o Mariona Moncunill. Su proyecto se apoya en la Fundación Joan Miró para crear entre comedores de distintas instituciones un verdadero canal de conexión alternativo al mero intercambio de obras: el de las sinergias entre profesionales.

 Burla y cotidianeidad se dan cita en los tres vídeos de Marta Burugorri -accésit-. Plasman ideas sencillas pero ingeniosas, que hacen reír con facilidad y provocan una identificación inmediata con la cotidianeidad. El concepto vuelve a aparecer con Leonor Serrano -accésit- en Interferencias aunque en una dirección distinta: toma objetos de uso común y los dota de sentido político. Pablo Barreiro -accésit- o Martín Llavaneras abordarán las relaciones entre individuos, pero el que irá un paso más allá es el último de los premiados, Marco Godoy: el simple acto performativo de limar una moneda subvierte todo su sentido al eliminar la imagen que se lo otorgaba. En las épocas de inestabilidad del Imperio Romano, la ceca era el primer objetivo de los usurpadores. Imprimir su imagen era otorgar tranquilidad al pueblo. Actuar de este modo en un contexto de crisis resulta inquietante. Y por eso mismo, muy interesante.

Julio Andrés Gracia Lana.

Artes visuales. Creación INJUVE 2012.

EXPOSICIÓN CREACIÓN INJUVE 2012 (ARTES VISUALES)
En Tabacalera (Madrid) del 4 de Diciembre de 2012 al 20 de Enero de 2013.


La exposición que reúne la obra de los ganadores y seleccionados en el Premio INJUVE 2012 tiene como plato fuerte los soportes en vídeo y las instalaciones.

Esta edición recoge los trabajos de Mario Espliego, Rafael Munárriz, Eva Fábregas, Mariona Moncunill, Carlos Valverde, Olmo Cuña, Jorge Núñez de la Visitación, Martín Llavaneras, Marta Burugorri, Pablo Barreiro, Marco Godoy, Leonor Serrano, Kike Medina, Karlos Martínez B., Daniel Silvo y una pieza conjunta de Andrea Olmedo, María Salazar, Non Ten Xeito y Rita Buil.


La gran variedad de temas presentes, habida cuenta del gran número de artistas participantes, supone una dificultad a la hora de apreciar la exposición en su conjunto, aunque quizá lo más destacado sea la apuesta decidida por soportes y formatos poco convencionales y que apelan al diálogo con el propio espacio, como ocurre precisamente con las instalaciones, muy presentes, o el vídeo, otro protagonista.

Bajo este criterio se ha seleccionado la pieza de vídeo de Rafael Munárriz, donde interpela al horizonte y a la abstracción pictórica a través de cuatro pantallas enfrentadas que obligan al espectador a situarse en medio. Una instalación para mirar, para ubicarse dentro y moverse entre las pantallas, recurriendo a la repetición como motivo y a lo discordante en el conjunto (siendo una de las proyecciones diferente, sin horizonte).

El espacio como tema está también presente en otras piezas, como la serie de fotografías de Mariona Moncunill “El menjador dins del menjador (el comedor dentro del comedor)” donde coloca en cada uno de los comedores fotografiados de distintos museos catalanes la imagen de otro, a modo de ornamento que juega con lo autorreferencial. ¿Por qué el comedor? Se trata de concebir este espacio como lugar de encuentro, donde lo particular cobra protagonismo y se establecen las relaciones personales entre trabajadores.

Ocurre lo mismo con la obra de Eva Fábregas, que de nuevo recurre al espacio como temática para su obra, aunque en esta ocasión lo hace a través de lo audiovisual: la proyección de dos vídeos, de los cuales en uno el plano casi permanece fijo y en el otro se mueve en horizontal. Basándose en una ciudad industrial abandonada, se busca aquí un esfuerzo colectivo para reivindicar la memoria a través del monumento, de los edificios creados para durar y que se han quedado vacíos, olvidando no sólo su significado sino su propia entidad y el uso para el que se crearon. La estética de lo que tiende a desaparecer, la ruina moderna.

Frente a estas piezas de instalación y audiovisuales se contrapone una de las más logradas entre las premiadas: se trata del ejercicio de iconoclastia que efectúa Marco Godoy al lijar varias monedas de euro hasta hacer desaparecer las imágenes grabadas sobre el metal. Cuestionando la autoridad simbólica del poder, el artista convierte un emblema monetario en un ejercicio de descrédito al sistema e interroga sobre el valor económico por encima del moral.


La crítica política y social es algo presente en muchas de las demás obras de los premios INJUVE de este año, imposibles de analizar una por una debido a la gran extensión de la muestra pero que reflejan un sentir general de cambio y regeneración en cuanto a la visión idealista del arte.

En general la exposición está llena de propuestas muy diferentes, entre las que destaca un deseo de reivindicar algo (ya sea la memoria, el poder popular, el espacio o la identidad personal, entre otros) y que se muestra de muy distintas formas y con soportes variados. Una selección heterogénea comisariada por Javier Duero que reúne diferentes proyectos difíciles de catalogar uno a uno, pero con piezas concretas de gran interés.



Semíramis González.

12.17.2012

CREACIÓN INJUVE 2012; ARTES VISUALES


CREACIÓN INJUVE 2012
ARTES VISUALES
Tabacalera, Espacio Promoción del Arte
4 de diciembre de 2012 a 20 de enero de 2013

            En Injuve 2012 la colectividad, la diversidad y la creación individual no están reñidas. Entre los dieciséis seleccionados para la exposición, el espectador puede sacar rápidas conclusiones: este año, el predominio de lo político –casi a modo de hilo conductor- es más que evidente. El compromiso político reina en la obra de Eva Fàbregas (premio), Marco Godoy (premio), Daniel Silvo (accésit), Mario Espliego y Kike Medina Galán, mezclado con la preocupación social del proyecto colectivo Constelaciones, Pablo Barreiro (accésit) y Martín Llavaneras. Quizás más sutil es la temática de Rafael Munárriz, Mariona Moncunill y Carlos Valverde (accésit), que se centran en las políticas artísticas o sistema del arte. Aunándolo magistralmente todo a través de la crítica más satírica se encuentran Marta Burugorri (accésit) y Leonor Serrano (accésit). Más inclasificable resulta la obra de Juan Núñez, dentro del marco audiovisual más experimental y personal.
            Hay una idea de tensión social, una preocupación compartida en los jóvenes creadores españoles que les hace reflexionar sobre una nueva democratización del arte, en la necesidad de implicación del espectador y en el poder de la imagen. Es algo que se lee en el personal monumento Parlante de Espliego, en la idea de ruptura y oposición del travelling continuo y el estatismo de las dos películas de 1986-1937, Sunila, de Fàbregas y en la desnudez del dinero que, perdida su imagen identitaria, pierde su poder político, como demuestra Godoy. Reflejan esos asuntos sobre los que el espectador debe volver a reflexionar a través del nuevo filtro de la apariencia artística. El contraste aparece en la versión más poética del arte, menos agresiva y, en consecuencia, menos impactante en el marco expositivo, que sigue presente en escena en la obra del emergente Rafael Munárriz, Martín Llavaneras y en los dibujos, más tradicionales y algo insípidos, de Pablo Barreiro; un contraste que se hace más profundo al escapar no sólo a la temática dominante, sino también al formato, huyendo o haciendo un uso más simple de los recursos audiovisuales.
            La frescura del humor en las piezas audiovisuales de Marta Burugorri incita a una crítica abierta, especialmente en Shabbat Salom, donde se puede percibir un interés por la trasgresión vinculado al absurdo, síntoma del límite temporal de una vida centrada en ciclos acelerados y de las imposiciones –políticas, sociales, religiosas- que abruman al ser humano. Junto a Leonor Serrano y Kike Medina, los guiños humorísticos y algo cínicos se repiten como recurso para involucrar al espectador: se entienden así la especulación de las declaraciones de ruina o las multas de conducción, evidenciando una crítica política y social quizás menos fácil de percibir, pero también menos proclive a caer en los clichés a través de la lectura múltiple que prometen obras muy concienzudas.
            A pesar de la focalización de los premios en torno a algunos de los temas aparentemente más comprometedores, resulta algo sospechoso que hayan recaído en aquellas obras que tratan la situación española sólo transversalmente –señalemos las monedas de euro como una idea de la debacle continental, el problema ideológico finlandés en Sunila o el indefinido marco escénico y lingüístico de Juan Núñez- como si únicamente se buscase una identificación parcial. No obstante, a través del recorrido expositivo, hábilmente enlazado por Javier Duero, uno puede hacerse idea  de las preocupaciones de los jóvenes –y prometedores- creadores españoles.  

Victoria Alonao

Premios Injuve 2012: Artes Visuales


CREACIÓN Injuve 2012.
 Artes visuales

04 de diciembre de 2012 – 
20 de enero de 2013

TABACALERA, Espacio Promoción del Arte. Madrid 



“¿Qué es el arte? Helarte es morirte de frío” o eso parece decirnos, vulgar e irónicamente, esta exposición en un espacio donde no se puede ir sin abrigo y donde la invención artística parece haberse quedado congelada por falta de riesgo.

Dicha exposición, comisariada por Javier Duero, ha sido realizada con motivo de la vigésimo séptima edición de los Premios Injuve 2012 a la Creación Joven en la modalidad de Artes Visuales,  una iniciativa del Instituto de la Juventud y con la colaboración del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte. La convocatoria ha seleccionado a veinte artistas de nacionalidad española, de los cuales tres han sido premiados con 6000€: Eva Fàbregas, Marco Godoy y Jorge Núñez de la Visitación; cinco accésits de 3000€: Pablo Barreiro, Marta Burugorri, Leonor Serrano, Daniel Silvo y Carlos Valverde; tres proyectos en fase de pre-producción con  otros 3000€: Olmo Cuña, un colectivo (Andrea Olmedo, María Salazar, non ten xeito y Rita Buil)y Kike Medina; y cinco más seleccionados para la exposición de sus obras: Mario Espliego, Martín Llavaneras, Karlos Martínez B., Mariona Moncunill y Rafael Munárriz.

Todos ellos artistas “emergentes” de menos de 30 años que se insertan en un tiempo de crisis, de pérdida de valores, de demolición del sistema del arte, donde intentan aportar  una iniciativa propia y creativa y ser comprometidos con su época.  Para ello utilizan obras de bajo coste, principalmente de carácter audiovisual, aunque también trabajan con instalaciones, fotografías, diapositivas y obra gráfica que abarcan cuestiones económicas, políticas y sociales con el objetivo primordial de  invitar a reflexionar al espectador  sobre su situación existente, estableciendo un diálogo entre pasado y presente, desde lo cotidiano a las jerarquías de poder, con claves poéticas  y humorísticas. Obras, en su mayoría, con un carácter participativo y con el fin de un cambio de perspectiva.

La intención es, cuanto menos, interesante. No obstante, no llega a ser totalmente transgresora, se repiten características comunes del marco artístico actual: se juega con la utilización del archivo que empieza a ser ya una moda y con la apropiación y copia que habla de esa saturación de imágenes que suplantan “lo real por los signos de lo real” de la que ya hablaba Jean Baudrillard. Cuestiones también antes analizadas como las problemáticas del espacio urbano, objetos tecnológicos obsoletos, monumentos en deconstrucción, documentos históricos, instituciones artísticas, el arte de barrio.  

Cualquier tiempo de crisis es ideal para reinventarse, autoanalizarse y buscar un cambio de paradigma. Pero aquel que más arriesga, en mi opinión, es Marco Godoy. No copia, no se apropia, sino que se atreve a eliminar la imagen y su valor al lijar las monedas, poniendo en evidencia que sólo en la superficie es donde reside el valor y que se puede crear un credo a través del poder icónico. Con esta acción el joven artista se instaura como iconoclasta y realiza una crítica feraz a la situación político-económica vigente.

Con todo y aunque generalizando la exposición  es poco atrevida o sorprendente, considero necesario que existan este tipo de iniciativas y espacios como la Tabacalera que den cabida a un arte libre, joven e innovador. Nos encontramos  en el momento  idóneo para reflexionar sobre la desafortunada época que nos ha tocado vivir y si el futuro existe, sin duda, está en manos de la valiente juventud. Así pues, a todos: vayan, pero abríguense.

Desirée Martínez

12.04.2012





ADENTRO Y AFUERA

Corazonada, es el nombre que recoge la ultima exposición de la artista Victoria Civera en Galería Soledad Lorenzo; y es esta muestra la que culmina el trabajo de la galerista madrileña quien después de 26 años en la escena de arte contemporáneo se retira de su profesión. La exposición recoge su nombre del presagio que comenta haber tenido Civera cuando se le propuso exponer nuevamente en la mencionada galería. Esta es una muestra que se caracteriza por una gran carga afectiva, sensible y poética; y a su vez revela el profesionalismo con el que se ha dado la relación de estas dos mujeres durante un trayecto que finaliza.

La exposición que se articula como homenaje y despedida, esta compuesta por una primera sala en donde nos encontramos con obras de formato pequeño, que datan del momento en que la artista conoce a Lorenzo, justo es la década de los ochenta, cuando Civera se traslada a Estados Unidos y comienza a germinar un proyecto que la lleva a la producción objetos y a la experimentación en formatos que ya no son los convencionales.
Este ciclo esta representado en la disposición de obras que van desde una enorme cantidad de dibujos con tinta, carboncillos, y acuarela. Estos representan escenas sensibles con trazos libres, sueltos, y con zonas de color que rebasan las líneas, en formas que se desarman, y vistas del cuerpo desdibujadas. Estas van acompañadas por una banqueta pequeñita cubierta de telas, que por su tamaño nos recuerda al asiento de una niña, obra que anuncia una preocupación por el espacio, y abre relación al universo de objetos que continúan en la producción posterior de esta artista.
Así, se desprende de este juego de colores y se continua en otras obras que median entre la pintura y el objeto, formas oscuras, apretadas y redondas reducidas en cuanto a color, que son un entramado de signos, símbolos y representaciones, cargados de una fuerte poesía en la ausencia del color y de los recuerdos.

En el centro de la galería nos encontramos en un espacio intimo, pequeño y de experimentación. Los dibujos evocan juegos de niños, temas familiares, son dibujos más complejos desde un soporte negro que cobran un carácter nocturno el cual acompaña toda esta sala.
El espacio aquí parece ser una extensión del taller de la artista. Se presentan sobre cajas de madera cerradas e iguales, una serie de objetos que parecieran estar reflexionando sobre el hacer artístico, la experimentación desde el formato con objetos encontrados, y la evolución hacia el circulo. Este círculo se vuelve en la obra un icono y símbolo abstracto, el cual es representado y a su vez utilizado como soporte.
Sin perderse la estética infantil en estas mesas de trabajo, una pintura pequeña pareciera ser la tarea: los deberes. Una cabeza hecha con un bollo de estopa e hilos, y otros objetos confeccionados con materiales diversos –yeso, algodón, lino, seda, terciopelo- nombrados desde el material mismo, nos hablan de las formas y colores puros.

Para finalizar el recorrido Civera ha dispuesto simbólicamente una instalación, que se compone de seis módulos intercalados y yuxtapuestos que suben y bajan, estos dejan ver en su movimiento franjas abstractas de color.
Los módulos simbolizan los seis años que la artista ha trabajado de la mano de Soledad Lorenzo, representados como una gran maquina de trabajo. A diferencia del gesto manual que veníamos viendo en la costura y confección de las obras anteriores, esta es una instalación que demuestra una maduración de lenguajes, medios y formas. También desde el discurso es una obra reveladora que se instala a dialogar con este minucioso tejido entre espacio y tiempo.
Es este un camino en el que puede repasarse la obra de Civera, obra autobiográfica, enunciada con el corazón y que llega hasta hoy en estos sueños inclinados, y en dos ojos negros que abren y cierran el espacio, que representan un adentro y afuera: un ir y venir de la artista, con un trabajo intenso en tránsito a ambos lados del Atlántico.

CORAZONADA - Victoria Civera
del 28 noviembre al 29 diciembre
Galería Soledad Lorenzo
www.soledadlorenzo.com
 
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Victoria Civera (1955, Valencia) Licenciada en Bellas Artes, reside y trabaja en Nueva York desde 1987. Entre sus exposiciones individuales recientes figuran: Sueños inclinados IVAM – Valencia; Here again Galeria Juan Silió - Santander. También ha participado en numeras exposiciones colectivas de carácter nacional e internacional. En España su obra forma parte de importantes colecciones públicas: La Caixa, Barcelona, MACBA y MNCARS, Madrid.

Magdalena Dávila
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Una galería propia


No hay recurso más ruin que la metáfora de la “apertura” femenina. A menudo escuchamos o leemos que una mujer – una cantante por ejemplo – nos “abre su corazón”, o que otra – digamos una actriz famosa – hace lo propio con “las puertas de su intimidad”. Qué decir del momento iniciático y peliculesco en el que la abuela abre el baúl de los recuerdos y muestra a la nieta las cartas del abuelo, el vestido de novia, la muñeca vieja… Corazonada, la exposición de Victoria Civera (Puerto de Sagunto, Valencia, 1955) en la galería Soledad Lorenzo no puede comprenderse fuera de esta metáfora y sin embargo no abre, cierra. Es su sexta exposición individual en este espacio y la última de Soledad Lorenzo, que concluye así su trayectoria como galerista después de 26 años. Como si una niña nos abriera las puertas de su habitación, la exposición muestra obra de Civera nunca antes expuesta en Madrid, que va desde finales de los años 80 y principios de los 90 – su etapa iniciática neoyorkina– hasta Sueños inclinados, una de sus obras más recientes.

Los dibujos de la primera sala son de trazos elegantes y sencillos, en tinta sobre papel. En el muro frente a los dibujos, los objetos-pintura ya hablan de texturas, volumen, espacio. Los lienzos no se ocultan tras el óleo, sus tramas y urdimbres son visibles al espectador; más que un mero soporte, la tela es así parte de la obra. No es una convivencia armónica, sino una dialéctica. La de la contención de la tela que quiere salir del cuadro, sacudirse la pintura, mostrarse toda, bajar del muro, ser protagonista de su propia historia. Una pieza es incluso un trozo de tela rellena, atada y enroscada, colgada sobre la pared; otra, por ejemplo, es como un libro abierto, dispuesto horizontalmente, con una página cayendo hacia el espectador. Son objetos, claro está, sin embargo se exhiben colgados en el muro, como pinturas.

Una femineidad etérea flota en la sala, no es de extrañar que sea en este mismo espacio, y no en el siguiente, en donde se exhibe propiamente el arte-objeto, donde se encuentra Mamá está en casa (2009), un banquito de tres patas con una mariposa en el centro, decorado artesanalmente con telas y cintas multicolor. Y aunque en los dibujos hay formas sinuosas, colores cálidos, motivos sensuales y hasta un “origen del mundo”, la femineidad queda aludida, no presente.
Un nivel más arriba, las texturas, tejidos y materiales han salido del cuadro. Dispuestos sobre cajas de madera, apelan a nuestra capacidad para ver tras ellos el gesto de su elaboración: las puntadas bien amagadas, los calcetines resignificados, la atadura de los lazos, la talla de la madera, el derretimiento de la cera. Como en los perfumes, todo es un trabajo tan exquisito como conceptual. En el mismo espacio, algunos dibujos más, en tinta y gouache sobre papel negro. El trazo aún es grácil, el color tenue y las formas sugerentes.

Al subir, la ruptura es radical. Sueños inclinados (2011) es ya una instalación. El material industrial, el geometrismo rígido, la paleta de color y la misma forma de la pieza rompen de frente con el discurso de las otras salas. Ya no es la contención, sino la afirmación violenta de la forma. Ya no hay habitación de niña, porque la intimidad se ha convertido en extroversión.

Si digo que la metáfora de la apertura es pusilánime es porque se articula sobre el supuesto de que la intimidad femenina se configura y particulariza merced a su rol de género. El hombre trabaja fuera, hace vida pública, la mujer lo hace todo dentro. Así, ella tiene un universo maravilloso y hermético en el que desfoga su inteligencia, creatividad y emociones reprimidas. Ya lo dijo Virginia Woolf, “las paredes mismas se hallan impregnadas de esta fuerza creadora.” La tónica de la muestra no extrañará a nadie que la sepa una despedida, la comunión de dos mujeres profesionistas que cierran un ciclo de trabajo conjunto, y la de una amistad. Como cuando de niñas traíamos a una amiga a casa, y le develábamos nuestros mejores secretos.

Diana Cuéllar Ledesma




CORAZONADA
Victoria Civera
28 noviembre- 29 diciembre, 2012
Galería Soledad Lorenzo
Orfila, 5. Madrid.


Victoria Civera vive y trabaja en Nueva York desde mediados de los 80. Su obra figura en colecciones como Col.lecció d’ Art Contemporani Fundació La Caixa, Barcelona; Museo Arte Contemporáneo de Barcelona, MACBA y Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, Madrid. Entre sus exposiciones individuales recientes figuran: Sueños inclinados (2011, IVAM, Valencia), Germinal NY, 1987-1990 (2010, Sala Robayera, Miengo) y Victoria Civera (2008, Galerie Thomas Schulte, Berlín).

En busca del rastro mínimo

Victoria Civera · Corazonada
Galería Soledad Lorenzo. Orfila 5, Madrid. Hasta el 29 de diciembre.
Lunes de 16.30 a 20:30 h. Martes a sábado de 11 a 14 y de 16.30 a 20:30 h.

  
 
Victoria Civera no miente, no esconde. La artista valenciana residente en Nueva York desde 1987, presenta en la galería Soledad Lorenzo la exposición “Corazonada”. Esta recoge en tres bloques obra inédita en la ciudad de Madrid: una serie de pinturas, objetos-pintura y algunos trabajos volumétricos bajo el título Germinal-New York que corresponden con los primeros años de su andadura neoyorquina; una colección de 49 dibujos; una obra de gran formato, Sueños Inclinados, que junto con dos pequeñas creaciones son las piezas más recientes de la muestra.

El trabajo de Civera aparece como un conjunto de secuencias de eficaz gramática visual que repasan síntomas particulares y universales de la vida y el carácter humano, mediante una serie de obras en su mayoría de pequeño formato. En ocasiones aparecen dulces y cargadas de amor; pero también son devastadoras reflexiones existencialistas, fruto de una metodología de producción ermitaña en su inhóspito estudio de Nueva York que las hace poseedoras de emociones extremas. Con Sueños Inclinados, compuesta por 6 volúmenes, la artista invita a la ensoñación y hace un guiño al número de exposiciones que ha realizado en la galería madrileña, que cierra sus puertas tras esta muestra.

Por los mínimos elementos compositivos como entidad simbólica de lo absoluto y la utilización de materiales simples, lonas y uno o dos colores, se caracterizan las pinturas de la serie Germinal-New York. Pequeñas pero inmensas obras repletas de matices vitales y desdoblamientos poéticos, que tras superar la fragilidad del primer contacto visual modifican su percepción dotándolas de nuevos, poderosos y extraños significados. Estos se convierten de repente en emoción al descubrir en la intimidad de la artista retazos de nuestra propia intimidad. Se agradece aquí la generosidad de Victoria al mostrar su yo-íntimo y el hacernos partícipes de ello. Esta familiaridad permite utilizar estos haikus visuales como referencia que a su vez, quizás, necesitamos para entendernos mejor a nosotros mismos. Completan esta serie una colección de objetos delicados y construcciones de pequeño tamaño que rematan el aparente tembloroso universo compuesto de lugares, entre lo mágico y desconocido que la artista presenta en la muestra. Algunas piezas profundizan en su insistencia en lo mínimo, aparecen repletas de silencios, reflexionan sobre lo que está palpablemente ausente y muestran una gran sensibilidad sobre las emociones que revolotean la vida cotidiana.

Algo de inquietantes, bastante de corrosivos y mucho de potencia evocadora tienen la colección de dibujos que la artista muestra en Soledad Lorenzo. Estos, realizados en 2003, chocan directamente con el espectador y no le deja indiferente, construyen una personal y elocuente iconografía mediante la que Civera da rienda suelta a una serie de situaciones y personajes que en ocasiones incomodan, perturban. Utiliza aquí la línea y el color como elementos expresivos de creación, en una serie de trabajos realizados en carboncillo, acuarela y tinta sobre papel. En ellos la fragilidad del soporte contrasta con la robustez del trazo. Un ecosistema compuesto de individuos con caras descompuestas, cuerpos amorfos, repetidas figuras con la boca cerrada, situaciones grotescas, conejos gigantes, sujetos siniestros que configuran un personal mundo donde la artista parece querer gritar verdades a voces, o al menos reclama tener una voz. Este conjunto de obras contrasta con 2 piezas de intencionada estética infantil: “Mamá está en casa” y “Castigada”, una banqueta y una silla respectivamente, donde alude a recuerdos de su infancia y a su condición de madre.

“Corazonada”, en definitiva, muestra una serie de trabajos en un equilibrado ejercicio de contención, de decir lo mejor posible todo lo que lo que la artista quiere contar, pequeños mensajes autosuficientes liberadores de tensión mediante los que ella trata de dar salida a sensaciones, que están ahí como un nudo en el estómago, a través de sus obras.


––– Victoria Civera (Valencia, Port de Sagunt, 1955) es un artista con una larga trayectoria internacional. Estudió Bellas Artes en la Escuela Superior de San Carlos de Valencia. Después de una primera etapa en España, en Santander, se traslada a Nueva York donde reside desde 1987. Ha expuesto en numerosas galerías y museos españoles y de Reino Unido, Francia, Bélgica, Italia, Brasil y EE. UU. Recibió el Premio Ojo Crítico a las Artes Plásticas en 1993.


Roberto Vidal / 4003 caracteres / 452 caracteres


Victoria Civera cierra con su exposición la galería Soledad Lorenzo.

Corazonada de Victoria Civera en la Galería Soledad Lorenzo (C/Orfila 5). 
Del 28 de Noviembre al 29 de Diciembre de 2012.

Victoria Civera (1955) inaugura su sexta exposición individual en la galería Soledad Lorenzo, espacio que clausura así más de un cuarto de siglo de vida dedicado al arte contemporáneo en España.
Nacida en Sagunto, la artista trabaja y reside desde hace varias décadas en Nueva York, donde ha creado la mayor parte de las piezas de esta exposición, que abarcan la década de los 80 y parte de los 90.

“Corazonada” es un título evocador que supone una evidente relación entre las obras expuestas y el fin de una era para la galería. Una acertada muestra que culmina una vida entera dedicada al arte.
Soledad Lorenzo ha escogido a una de sus artistas más veteranas para cerrar esta etapa y lo hace a través de una exposición expresiva y cargada de significados,  reflejo de las experiencias personales vividas por Civera.

Desde óleos sobre lienzo a dibujos, esculturas o pequeñas piezas, “Corazonada” recoge un gran número de obras en las que destaca el uso de los textiles o las formas redondeadas en lo pictórico. Un primer tramo de la exposición nos muestra una serie de dibujos y acuarelas de la última década  en los que los colores caen como derramados, recurriendo a la expresividad de lo cromático; entre las figuras se repiten constantemente cabezas pintadas con grandes trazos, cuerpos que orinan, cuerpos envueltos en confusos ropajes, Alicia en el País de las Maravillas y otras escenas que transmiten una preferencia por cuestiones personales y emociones propias de lo vivido por Civera.
En las pinturas de esta primera sala, de finales de los 80, predominan los tonos blancos, negros y grises, y especialmente las formas redondeadas en el centro de los lienzos. Hay una continua referencia a las formas sinuosas y circulares, incluso en una correspondencia entre una pintura y pieza escultórica textil sobre la pared. Son obras misteriosas, prudentes y más allá de la abstracción son casi de tipo metafísico y trascendental.
El punto de color en esta entrada la pone un pequeño taburete de hace tan sólo tres años, colocado bajo los dibujos y cubierto en su parte superior por telas de colores vivos rojos y verdes y sobre las que descansa una mariposa. Es quizá un punto naif en la exposición, un impasse de recuerdo infantil bajo el sugerente título de “Mamá está en casa”, como la Alicia que se sitúa encima.

La evolución de Civera se nota a lo largo de la exposición, siendo la segunda de las tres salas un punto intermedio en su producción en la que progresa hacia piezas más críticas y hace un mayor uso de lo tridimensional y especialmente del material textil. Son obras creadas en la década de los 90, y donde aún hay un mayor juego creativo entre pintura-escultura.
Dibujos de trazo blanco sobre papel negro en los que un encapuchado sufre las burlas de unos seres informes, monstruos difícilmente definibles.
Y en el resto de la sala, una clara influencia de Louise Bourgeois y sus piezas en tejido; Civera utiliza en sus piezas materiales como calcetines, lanas, cera derretida, terciopelo, arpillera…siendo estas obras de apenas ocho años después de que Bourgeois fuera tardíamente reconocida por el MOMA. La calidez que transmite este uso de la tela sobre el lienzo nos invita a apreciar más detenidamente los temas, siempre recurrentes en cuanto al cuerpo, lo personal, el entorno individual y lo doméstico. Una suerte de ventana a la intimidad de la artista a través de los materiales y jugando con su plasticidad para dejarnos imaginar la calidez de un espacio privado.
Frente a esto contrasta la última de las piezas, de 2009, que ocupa toda la sala posterior con una pieza de ensamblaje decorada a base de largas líneas verticales de colores flúor con una cubierta de acero inoxidable; una articulación a distinta altura y diferente volumen que contagia al que la mira de una frialdad no salvada por el vivo cromatismo.

En general es esta una exposición dilatada, que abarca dos décadas de gran producción y con un fuerte sentido expresivo en cada soporte, ya sea en la pintura o en las esculturas de pequeño tamaño, y que nos invita constantemente a entrar en la rutina de Civera a lo largo de esos años, sus influencias y lo vivido en su entorno íntimo y en primera persona. Calidez de una vida y una etapa creativa para cerrar un largo período de una de las galerías más veteranas en Madrid.

Semíramis González.

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Victoria Civera (Port de Sagunt, 1955) vive entre Cantabria y Nueva York. Es licenciada en Bellas Artes por la Escuela Superior San Carlos de Valencia (1977) y entre sus exposiciones destacan las individuales en la galería Soledad Lorenzo, Espacio 1 en MNCARS, galería Thomas Schulte en Berlín o más recientemente en Juan Silió en Santander, por citar algunas. Su obra ha sido adquirida por diversas colecciones como ARTIUM, MNCARS, IVAM, MACBA o Museo Patio Herreriano, entre otras.