Corazonada de Victoria Civera en la Galería
Soledad Lorenzo (C/Orfila 5).
Del 28 de Noviembre al 29 de Diciembre de 2012.
Victoria
Civera (1955) inaugura su sexta exposición individual en la galería Soledad
Lorenzo, espacio que clausura así más de un cuarto de siglo de vida dedicado al
arte contemporáneo en España.
Nacida
en Sagunto, la artista trabaja y reside desde hace varias décadas en Nueva
York, donde ha creado la mayor parte de las piezas de esta exposición, que
abarcan la década de los 80 y parte de los 90.
“Corazonada”
es un título evocador que supone una evidente relación entre las obras
expuestas y el fin de una era para la galería. Una acertada muestra que culmina
una vida entera dedicada al arte.
Soledad
Lorenzo ha escogido a una de sus artistas más veteranas para cerrar esta etapa
y lo hace a través de una exposición expresiva y cargada de significados, reflejo de las experiencias personales vividas
por Civera.
Desde
óleos sobre lienzo a dibujos, esculturas o pequeñas piezas, “Corazonada” recoge
un gran número de obras en las que destaca el uso de los textiles o las formas
redondeadas en lo pictórico. Un primer tramo de la exposición nos muestra una
serie de dibujos y acuarelas de la última década en los que los colores caen como derramados,
recurriendo a la expresividad de lo cromático; entre las figuras se repiten constantemente
cabezas pintadas con grandes trazos, cuerpos que orinan, cuerpos envueltos en
confusos ropajes, Alicia en el País de las Maravillas y otras escenas que
transmiten una preferencia por cuestiones personales y emociones propias de lo
vivido por Civera.
En
las pinturas de esta primera sala, de finales de los 80, predominan los tonos
blancos, negros y grises, y especialmente las formas redondeadas en el centro
de los lienzos. Hay una continua referencia a las formas sinuosas y circulares,
incluso en una correspondencia entre una pintura y pieza escultórica textil
sobre la pared. Son obras misteriosas, prudentes y más allá de la abstracción
son casi de tipo metafísico y trascendental.
El
punto de color en esta entrada la pone un pequeño taburete de hace tan sólo
tres años, colocado bajo los dibujos y cubierto en su parte superior por telas
de colores vivos rojos y verdes y sobre las que descansa una mariposa. Es quizá
un punto naif en la exposición, un impasse
de recuerdo infantil bajo el sugerente título de “Mamá está en casa”, como la
Alicia que se sitúa encima.
La
evolución de Civera se nota a lo largo de la exposición, siendo la segunda de
las tres salas un punto intermedio en su producción en la que progresa hacia piezas
más críticas y hace un mayor uso de lo tridimensional y especialmente del
material textil. Son obras creadas en la década de los 90, y donde aún hay un
mayor juego creativo entre pintura-escultura.
Dibujos
de trazo blanco sobre papel negro en los que un encapuchado sufre las burlas de
unos seres informes, monstruos difícilmente definibles.
Y
en el resto de la sala, una clara influencia de Louise Bourgeois y sus piezas
en tejido; Civera utiliza en sus piezas materiales como calcetines, lanas, cera
derretida, terciopelo, arpillera…siendo estas obras de apenas ocho años después
de que Bourgeois fuera tardíamente reconocida por el MOMA. La calidez que
transmite este uso de la tela sobre el lienzo nos invita a apreciar más
detenidamente los temas, siempre recurrentes en cuanto al cuerpo, lo personal,
el entorno individual y lo doméstico. Una suerte de ventana a la intimidad de
la artista a través de los materiales y jugando con su plasticidad para
dejarnos imaginar la calidez de un espacio privado.
Frente
a esto contrasta la última de las piezas, de 2009, que ocupa toda la sala
posterior con una pieza de ensamblaje decorada a base de largas líneas
verticales de colores flúor con una cubierta de acero inoxidable; una
articulación a distinta altura y diferente volumen que contagia al que la mira de
una frialdad no salvada por el vivo cromatismo.
En
general es esta una exposición dilatada, que abarca dos décadas de gran
producción y con un fuerte sentido expresivo en cada soporte, ya sea en la pintura
o en las esculturas de pequeño tamaño, y que nos invita constantemente a entrar
en la rutina de Civera a lo largo de esos años, sus influencias y lo vivido en
su entorno íntimo y en primera persona. Calidez de una vida y una etapa
creativa para cerrar un largo período de una de las galerías más veteranas en
Madrid.
Semíramis González.
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Victoria
Civera (Port de Sagunt, 1955) vive entre Cantabria y Nueva York. Es licenciada
en Bellas Artes por la Escuela Superior San Carlos de Valencia (1977) y entre
sus exposiciones destacan las individuales en la galería Soledad Lorenzo,
Espacio 1 en MNCARS, galería Thomas Schulte en Berlín o más recientemente en
Juan Silió en Santander, por citar algunas. Su obra ha sido adquirida por
diversas colecciones como ARTIUM, MNCARS, IVAM, MACBA o Museo Patio Herreriano,
entre otras.
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