Creación
Injuve 2012. Artes visuales.
Tabacalera (C/Embajadores, 53). Hasta el 20 de Enero.
M a V, de 12 a 20 h. S, D y fest., de 11 a 20 h.
Entrada gratuita.
En plural:
Pluralidad de caminos
confluyen en los premios Injuve. Algunos muy frecuentados: paradigma obvio el de
la participación ciudadana que gravita la deconstrucción monumental en tonos kitsch de Mario Espliego o el proyecto
premiado de Andrea Olmedo, María Salazar, non ten xeito y Rita Buil. Firma
grupal que recuerda a colectivos norteamericanos y que es utilizada contra un
proceso de gentrificación. Idea vieja,
contexto nuevo que la hace legítima: cada barrio se transforma de manera
distinta. Lo acontecido en Brooklyn no es comparable a lo que puede suceder en
el Bilbao contemporáneo.
Campos a los que tiende
parte de la obra de Eva Fàbregas, de una estética impecable: dos visionados,
estático y dinámico, lo que es y lo que podría haber sido. Contradicción inherente
en torno a un proyecto de Alvar Aalto. Merecido premio el concedido por Javier
Duero -productor cultural-, Ángela Molina -crítica de arte-, Agustín Pérez
Rubio -director del MUSAC- y Glòria Picazo -directora de La Panera-. El primero
actúa como comisario en un espacio al que es necesario acudir bien abrigado, ya
no sólo por el frío sino por el fuerte
contenido documental de las obras, que obliga a pararse delante de ellas durante
más de unos minutos. Además, como resulta lógico en una exposición de este
tipo, muchas piezas poseen una temática divergente: desde la obsolescencia
tecnológica planteada por la videoinstalación del jovencísimo Rafael Muniárriz
hasta la estrambótica película de otro de los premiados, Jorge Núñez de la
Visitación. Anterior a su serie web La
Niebla Fascista, resulta de guión tan experimental como ésta, aunque formalmente
es mucho más arriesgada: combina un crisol de estéticas, que van de la serie B al
videojuego. Entre medio, la idea del viaje como descubrimiento -en este caso de
interés social y no tanto personal- de Kike Medina -proyecto premiado- o el
juego de dualidades entre mito-actualidad y pasado-presente en Olmo Cuña -proyecto
premiado- y Karlos Martínez B, que otorga a la documentación de un suceso la
categoría de obra artística. Del mismo modo en que Daniel Silvo -accésit- convierte
en arte una entrevista. Provoca una sensación extraña, muy distinta a la
profunda carga irónica de la Lutetia -accésit- de Pablo Barreiro, convertida en fuerte crítica al sistema del arte
en Carlos Valverde -accésit- o Mariona Moncunill. Su proyecto se apoya en la
Fundación Joan Miró para crear entre comedores de distintas instituciones un
verdadero canal de conexión alternativo al mero intercambio de obras: el de las
sinergias entre profesionales.
Burla y cotidianeidad
se dan cita en los tres vídeos de Marta Burugorri -accésit-. Plasman ideas
sencillas pero ingeniosas, que hacen reír con facilidad y provocan una
identificación inmediata con la cotidianeidad. El concepto vuelve a aparecer con
Leonor Serrano -accésit- en Interferencias
aunque en una dirección distinta: toma objetos de uso común y los dota de
sentido político. Pablo Barreiro -accésit- o Martín Llavaneras abordarán las relaciones
entre individuos, pero el que irá un paso más allá es el último de los
premiados, Marco Godoy: el simple acto performativo de limar una moneda
subvierte todo su sentido al eliminar la imagen que se lo otorgaba. En las
épocas de inestabilidad del Imperio Romano, la ceca era el primer objetivo de
los usurpadores. Imprimir su imagen era otorgar tranquilidad al pueblo. Actuar de este modo en un contexto de
crisis resulta inquietante. Y por eso mismo, muy interesante.
Julio Andrés Gracia Lana.
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