Victoria Civera · Corazonada
Galería Soledad Lorenzo.
Orfila 5, Madrid. Hasta el 29 de diciembre.
Lunes de 16.30 a 20:30 h.
Martes a sábado de 11 a 14 y de 16.30 a 20:30 h.
Victoria Civera no miente, no
esconde. La artista valenciana residente en Nueva York desde 1987, presenta en
la galería Soledad Lorenzo la exposición “Corazonada”. Esta recoge en tres
bloques obra inédita en la ciudad de Madrid: una serie de pinturas,
objetos-pintura y algunos trabajos volumétricos bajo el título Germinal-New
York que corresponden con los
primeros años de su andadura neoyorquina; una colección de 49 dibujos; una obra
de gran formato, Sueños Inclinados, que
junto con dos pequeñas creaciones son las piezas más recientes de la muestra.
El trabajo de Civera aparece
como un conjunto de secuencias de eficaz gramática visual que repasan síntomas
particulares y universales de la vida y el carácter humano, mediante una serie
de obras en su mayoría de pequeño formato. En ocasiones aparecen dulces y
cargadas de amor; pero también son devastadoras reflexiones existencialistas,
fruto de una metodología de producción ermitaña en su inhóspito estudio de
Nueva York que las hace poseedoras de emociones extremas. Con Sueños
Inclinados, compuesta por 6
volúmenes, la artista invita a la ensoñación y hace un guiño al número de
exposiciones que ha realizado en la galería madrileña, que cierra sus puertas
tras esta muestra.
Por los mínimos elementos
compositivos como entidad simbólica de lo absoluto y la utilización de materiales
simples, lonas y uno o dos colores, se caracterizan las pinturas de la serie Germinal-New
York. Pequeñas pero inmensas obras repletas de matices
vitales y desdoblamientos poéticos, que tras superar la fragilidad del primer
contacto visual modifican su percepción dotándolas de nuevos, poderosos y
extraños significados. Estos se convierten de repente en emoción al descubrir
en la intimidad de la artista retazos de nuestra propia intimidad. Se agradece
aquí la generosidad de Victoria al mostrar su yo-íntimo y el hacernos partícipes de ello. Esta familiaridad
permite utilizar estos haikus
visuales como referencia que a su vez, quizás, necesitamos para entendernos
mejor a nosotros mismos. Completan esta serie una colección de objetos
delicados y construcciones de pequeño tamaño que rematan el aparente tembloroso
universo compuesto de lugares, entre lo mágico y desconocido que la artista
presenta en la muestra. Algunas piezas profundizan en su insistencia en lo
mínimo, aparecen repletas de silencios, reflexionan sobre lo que está
palpablemente ausente y muestran una gran sensibilidad sobre las emociones que
revolotean la vida cotidiana.
Algo de inquietantes,
bastante de corrosivos y mucho de potencia evocadora tienen la colección de
dibujos que la artista muestra en Soledad Lorenzo. Estos, realizados en 2003,
chocan directamente con el espectador y no le deja indiferente, construyen una
personal y elocuente iconografía mediante la que Civera da rienda suelta a una
serie de situaciones y personajes que en ocasiones incomodan, perturban.
Utiliza aquí la línea y el color como elementos expresivos de creación, en una
serie de trabajos realizados en carboncillo, acuarela y tinta sobre papel. En
ellos la fragilidad del soporte contrasta con la robustez del trazo. Un
ecosistema compuesto de individuos con caras descompuestas, cuerpos amorfos,
repetidas figuras con la boca cerrada, situaciones grotescas, conejos gigantes,
sujetos siniestros que configuran un personal mundo donde la artista parece
querer gritar verdades a voces, o al menos reclama tener una voz. Este conjunto
de obras contrasta con 2 piezas de intencionada estética infantil: “Mamá está
en casa” y “Castigada”, una banqueta y una silla respectivamente, donde alude a
recuerdos de su infancia y a su condición de madre.
“Corazonada”, en definitiva,
muestra una serie de trabajos en un equilibrado ejercicio de contención, de
decir lo mejor posible todo lo que lo que la artista quiere contar, pequeños
mensajes autosuficientes liberadores de tensión mediante los que ella trata de
dar salida a sensaciones, que están ahí como un nudo en el estómago, a través
de sus obras.
––– Victoria Civera
(Valencia, Port de Sagunt, 1955) es un artista con una larga trayectoria
internacional. Estudió Bellas Artes en la Escuela Superior de San Carlos de
Valencia. Después de una primera etapa en España, en Santander, se traslada a
Nueva York donde reside desde 1987. Ha expuesto en numerosas galerías y museos
españoles y de Reino Unido, Francia, Bélgica, Italia, Brasil y EE. UU. Recibió
el Premio Ojo Crítico a las Artes Plásticas en 1993.
Roberto Vidal / 4003
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